Derrumbe histórico del PJ en el Senado: solo 28 bancas
El peronismo sufrió una derrota inédita y su bloque del Senado se reduce a 28 miembros, el número más bajo desde 1993. Las divisiones internas y el retroceso en provincias complican su influencia institucional.

Retroceso del bloque peronista
Tras la elección del domingo, el bloque del PJ pasó de 34 a 28 senadores. Aunque conservará la primera minoría, se trata de la bancada más pequeña en más de tres décadas, afectando su poder en comisiones y repartos de autoridad.
Historial de senadores peronistas
El bloque más reducido similar data de 1993, cuando tenía 30 senadores sobre 48. Desde entonces, el PJ llegó a tener hasta 45 senadores en 2007. Actualmente, sobre un total de 72 bancas, los 28 miembros representan un mínimo histórico en el Senado moderno.
Incertidumbre en provincias clave
En Río Negro y Chaco, los resultados provisorios muestran márgenes estrechos. Martín Soria y Ana Marks ingresan por Río Negro, mientras Jorge Capitanich disputa la minoría en Chaco. El escrutinio definitivo podría modificar estos resultados y afectar el tamaño final del bloque.
Internas y derrotas provinciales
El declive del PJ se atribuye a conflictos internos, decisiones de Cristina Kirchner en candidaturas y la pérdida de provincias históricamente peronistas. Misiones, Jujuy, Salta, La Pampa y San Luis registran una significativa disminución de senadores peronistas.
Cambios de afiliación y bloques propios
Algunos senadores, como Carlos “Camau” Espínola en Corrientes, ingresaron por el Frente de Todos pero luego formaron bloques independientes, reflejando fracturas internas que reducen aún más la cohesión del PJ.
Impacto en la institucionalidad
La menor cantidad de senadores limita la influencia del peronismo en la elección de autoridades y en la composición de comisiones, marcando el menor peso político del partido en el Senado en tres décadas.
Riesgos futuros
El bloque podría reducirse aún más debido a la incertidumbre sobre los dos senadores electos por Santiago del Estero y posibles desgajamientos internos, lo que podría debilitar su capacidad de negociación y aprobación de leyes.
