Kicillof, sin los votos para tomar deuda por US$ 3.500 millones

Hubo otra jornada intensa de gestiones en el PJ y con la oposición. Necesita el OK de dos tercios del Parlamento bonaerense. Qué es lo que se negocia.

Frente complicado. En 2026, Kicillof enfrenta vencimientos por casi US$ 1.000 millones.

Se estira la incertidumbre y se alejan las garantías para llegar a un acuerdo que permita a Axel Kicillof conseguir el esperado proyecto para endeudarse por casi U$S 3.500 millones de dólares en 2026. Es la ley que complementa la de Presupuesto y la Impositiva, que la Legislatura bonaerense sancionó entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer. Los intensos tironeos internos del peronismo, sumados a algunas diferencias del oficialismo con los bloques opositores, no permiten el consenso que requiere esta propuesta: el voto de dos tercios de los Diputados y los Senadores que se sienten a debatir.

La convocatoria original era para hoy a las 10. Es la continuidad de

Por las dudas, se llamó a una sesión para el próximo martes.

un cuarto intermedio al que llamó el presidente de Diputados, Alexis Guerrera (del massismo), antes de terminar el debate del miércoles. Certeza cero. Nadie se anima -después de toda una jornada de negociacionesa asegurar que habrá acuerdo antes del fin de semana.

Entonces quedaría una última opción para tratar las dos leyes que solicitan al Poder Legislativo permiso para contraer deuda: un proyecto por U$S 1.990 y otro por U$S 1.045. Esa variante sería el próximo martes, ya en sesiones extraordinarias. Por las dudas también se hizo el llamado formal.

Además de esos U$S 3.035 millones el Ejecutivo pidió contratar financiamiento para dos de las empresas estatales: Aubasa (autopistas) y ABSA (agua y saneamiento).

Suman otros U$S 500 millones más. Montos que resultan imprescindibles para que el gobernador pueda ejecutar los gastos por 41.5 billones de pesos que prevé el cálculo aprobado en la semana.

Toda esa montaña de dinero se obtiene por los recursos que le otorgó la Ley Impositiva, las partidas que mandará Nación por Coparticipación y el financiamiento externo que consigan los técnicos de Economía en 2026. Es que el año que viene hay vencimientos por compromisos anteriores por casi la U$S 1.000 millones y Kicillof necesitará refinanciar.

“Sin ley de endeudamiento, el Presupuesto es imposible de cumplir”, es el argumento que se emite en calle 6, donde funciona la Gobernación. Pero no está fácil la negociación.

“No tenemos interlocutores. Los mensajeros del Gobierno no están empoderados. No tienen capacidad de decisión”, fue una de las quejas que se escucharon ayer en los pasillos del parlamento.

¿Cuáles son los puntos de fricción? El fondo para municipios es la respuesta rápida. Se trata de una asignación que exigen los alcaldes (del Pro; de la UCR y de La Cámpora) a cambio de votar el pedido de deuda. En la reunión previa de la comisión se fijó que el 8% del total de la deuda se destinaría a eso. Constituyen algo más de $ 340.000 millones al dólar de hoy.

Pero cerca del gobernador cambiaron algunos ítems y no hubo avance. “Estuvieron toda la tarde reunidos en una oficina de (Sergio) Massa en avenida del Libertador”, coincidieron varios legisladores que hablaron con este diario. Desfilaron por ese piso los presidentes de bloques de sectores dialoguistas y referentes del oficialismo.

“Massa actúa como mediador. Está siempre metido. Pero no quiere quedar asociado a estos acuerdos”, admitieron cerca del tigrense.

Hasta que no haya definición del “Fondo” no habrá endeudamiento. Es que muchos intendentes están “asfixiados” y necesitan recursos garantizados para afrontar pagos. También influye en el debate los posicionamientos entre libertarios y PRO. “Desde LLA están midiendo quien aprueba y quien no para después pasar la factura. O para alejar a sus socios de lugares de poder”. Ya hubo advertencias de Agustín Romo (actual presidente del bloque LLA en Diputados) de Florencia Arrieto (senadora neo libertaria): “No es lo que Milei nos pide”, sobreactuó la legisladora.

Otra moneda de cambio es la mesa del directorio del BAPRO. El gobierno está dispuesto a aumentar un 50% el número de sillas en ese codiciado puesto “empresario” al que acceden dirigentes de todos los partidos. De 8 pasarían a 12.

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