Es José Luis Ábalos. Fue titular de Transportes y actual diputado. Lo acusan por una compra irregular de barbijos y material sanitario en la pandemia.

Es José Luis Ábalos, un estrecho aliado del presidente Pedro Sánchez. Fue ministro de Transporte y secretario de Organización del partido oficialista PSOE. Lo acusan por haber recibido sobornos durante una compra irregular de barbijos y material sanitario en la pandemia. El juez ordenó que fuera a prisión por riesgo de fuga. Es otro golpe al jefe de Gobierno español, que salpica su gestión.

El “no tengo a dónde ir” que el ex ministro de Transportes de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, le dijo este jueves al juez para convencerlo de que no pensaba fugarse, no surtió efecto y quedó detenido, con prisión preventiva. Así lo resolvió el juez del Tribunal Supremo que lo investiga por su rol en una trama de corrupción que cobró coimas en la compra de barbijos y material sanitario durante los primeros tiempos de la pandemia.

El juez envió a Ábalos al calabozo, con prisión provisional incomunicada y sin posibilidad de fianza, porque consideró que existía un riesgo de fuga “extremo”. La misma medida afecta a su ex chofer y asesor, Koldo García, que estaba citado en el mismo Tribunal Supremo.

El magistrado, Leopoldo Puente, decidió enviar a la cárcel a Ábalos y a García, que hasta ahora permanecían en libertad aunque con medidas cautelares, a pedido de la Fiscalía Anticorrupción y las acusaciones particulares, encabezadas por el principal partido de la oposición, el Partido Popular. La Fiscalía solicita para el ex ministro 24 años de prisión y para su ex asesor, 19. Entre los delitos de los que se acusa a Ábalos figuran el de organización criminal, cohecho continuado, uso de información privilegiada, tráfico de influencias y malversación.

Ábalos, quien fue también secretario de organización del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que lidera el presidente Sánchez, es aún diputado. Su detención inaugura un penoso antecedente no sólo para el gobierno de coalición progresista que encabeza el PSOE sino también para el Congreso: es la primera vez que un diputado en ejercicio es encarcelado.

Apenas conocida la decisión del juez Puente, el Congreso inició los trámites para suspender a Ábalos de sus funciones como parlamentario, cargo que ocupó en siete legislaturas. Cuando su suspensión se formalice, los 350 diputados que integran la Cámara pasarán a ser 349 y José Luis Ábalos no podrá votar ni participar en actos del Congreso. Tampoco cobrará su sueldo. No podrán, sin embargo, quitarle la banca porque, en España, el acta de diputado es personal y sólo quien la posee tiene la facultad de renunciar a ella.

El ex ministro llegó al Tribunal Supremo a las 9.30 de la mañana de este jueves. Estaba citado a la diez.

Había sido convocado para revisar

Ábalos será encerrado por “riesgo de fuga” mientras sigue la causa

las condiciones de las medidas cautelares con las que el juez Puente lo mantenía en libertad desde hace nueve meses: la prohibición de salir de España, haber entregado su pasaporte y presentarse cada 15 días en una sede judicial.

Ábalos venía cumpliendo con estos requisitos desde febrero. La investigación, que comenzó un año antes con la detención de su ex chofer y ex asesor Koldo por presuntas “mordidas” en la compra de barbijos en pandemia, lo terminó involucrando. “Me limité a firmar una orden ministerial para adquirir material sanitario -se defendió por entonces el ex ministro-. A partir de ahí, no participo en absolutamente nada.”

Su partido, el PSOE, lo suspendió, pero el diputado Ábalos no se dio por vencido: “No puedo acabar mi carrera política como un corrupto”, dijo cuando anunció que abandonaba el bloque socialista y que pasaba a integrar, como independiente, el grupo de mixto, formado por aquellos partidos que no logran reunir los requisitos para constituir un grupo parlamentario.

El llamado “caso Koldo” es como se conoce a la trama corrupta que no sólo habría recibido retornos por la compra de material sanitario durante la pandemia sino que también habría cobrado coimas a cambio de adjudicar obras públicas a empresas privadas. En esta segunda práctica delictiva, el juez Puente investiga también la participación de quien relevó a Ábalos en la secretaría de organización del PSOE, Santos Cerdán.

Cerdán estuvo detenido desde finales de junio hasta la semana pasada, que quedó en libertad, aunque con las mismas medidas cautelares que el juez aplicó a Ábalos y a Koldo hasta este jueves.

El magistrado cambió de idea respecto del ex ministro y de su ex asesor porque decidió separar la investigación por corrupción en la compra de barbijos, que estaría casi lista para enviar a juicio, del expediente que rastrea las posibles coimas en la concesión de permisos para realizar obras públicas.

Ábalos llegó este jueves por la mañana al Supremo con una mochila con lo básico. Koldo, en cambio, es la segunda vez que se presenta ante el juez con un bolso, por si lo enviaban a prisión. Ambos pasarán su primera noche encerrados en el penal de Soto del Real, la cárcel de la Comunidad de Madrid, a 35 kilómetros del centro, donde numerosos políticos y famosos han purgado y purgan delitos de corrupción.

La detención de Ábalos, que fue uno de sus hombres de confianza, es un golpe más para el presidente Sánchez y para su partido que se escuda en argumentar que, desde el primer momento, se tomaron medidas y alejaron al ex ministro del PSOE. Este jueves, por otra parte, el gobierno vivió en carne propia un revés parlamentario: el Congreso le bochó la senda de déficit, que es el plan que presenta el Ministerio de Economía español en el que traza los objetivos en materia de déficit, deuda y gasto públicos.

La senda de déficit es el paso previo a los presupuestos generales del Estado que el gobierno de Sánchez ve cada vez más lejos de lograr su aprobación parlamentaria. Junts, el partido catalán independentista del ex presidente Carles Puigdemont, cumplió su amenaza de retirarle apoyo al gobierno y votó en contra, junto con el Partido Popular y con Vox.w