En “Bugonia”, Yorgos Lanthimos insiste en no dejar a nadie indiferente
El director de “Pobres criaturas” vuelve a trabajar con Emma Stone en un filme que explora la paranoia, las teorías conspirativas y la necesidad contemporánea de creer en algo.
“Bugonia” vuelve a colocar a Emma Stone en el centro de un universo distorsionado y corrosivo, propio de Yorgos Lanthimos. La actriz interpreta a Michelle, ejecutiva de una corporación biofarmacéutica, secuestrada por dos jóvenes que la consideran la causa de todos sus males. Entre ellos destaca Teddy, apicultor inestable encarnado por Jesse Plemons, quien sostiene que Michelle es, ni más ni menos, una alienígena enviada para destruir a la humanidad.
Lanthimos retoma aquí su interés por los comportamientos extremos y las lógicas delirantes, aunque sin alcanzar el nivel de provocación de títulos como Colmillos, Langosta o El sacrificio del ciervo sagrado. Aun así, el filme conserva su impronta: humor ácido, violencia conceptual y un clima de extravío permanente. Tras dirigir Pobres criaturas y Tipos de gentileza, el cineasta griego continúa en un ritmo frenético de producción que también se percibe en la intensidad con la que exige al espectador.
El triángulo central se completa con Don, primo de Teddy, interpretado por Aidan Delbis, actor neurodivergente convocado por Lanthimos para dotar al personaje de una expresividad particular. La película se apoya en las actuaciones: Stone y Plemons brillan incluso por encima del conjunto, y Alicia Silverstone aparece en un registro completamente distinto al que la hizo famosa.
El título del filme remite a una antigua creencia griega según la cual las abejas podían nacer del cadáver de un buey, una metáfora que Lanthimos explota en relación a Teddy y su oficio. La trama se retuerce hasta un desenlace inesperado y potentísimo, capaz de generar aplausos y rechazos por igual. Para los seguidores del director, “Bugonia” afirma su estilo, aunque puede resultar agotadora.
