López Muñoz le dio el triunfo a Argentinos con el aura de Diego

El sobrino nieto de Maradona convirtió dos golazos en el Amalfitani, para que el equipo de La Paternal elimine a Vélez y en cuartos de final enfrente a Boca o a Talleres.

Fueron cinco minutos mágicos,

con el aura de Diego. Su legado es López Muñoz, el sobrino nieto de D10S. Entonces, cuando parece que Vélez tiene las llaves para abrir las puertas del gol, esas que golpea contra las firmes manos de Siri, aparece el nieto de Ana Maradona.

Y con la zurda -¿con qué otra pierna podía ser?- liquida un partido bravo, en el que Argentinos había hecho méritos en el primer tiempo pero estaba sufriendo en el complemento. Para clasificarse a los cuartos de final del Clausura, a la espera de Boca o Talleres, que se enfrentan esta noche.

Argentinos estaba atorado por Vélez, que dejó su postura contragolpeadora de la etapa inicial y se mostraba agresivo en la parte final. Había ingresado el chileno Valdés, más lúcido que Lanzini, y Siri sostenía a Argentinos. El joven de 22 años, que se hizo cargo del arco después de los horrores de Chiquito Romero ante Independiente Rivadavia en la Copa Argentina, ya había tapado un cabezazo de Lanzini en el primer tiempo. Y en el comienzo del segundo se lució ante una arremetida de Monzón y un remate de Galván.

Los hinchas empujaban a Vélez, pero en la jugada siguiente Elías Gómez sacó un lateral, anticipó Fattori y López Muñoz hizo el resto. Encaró en diagonal y sacó un zurdazo inatajable. Unos instantes después, Fattori jugó para Molina y el centrodelantero habilitó a López Muñoz, que aceleró y definió con un “globo” maradoniano.

El partido, en ese momento, se terminó. Vélez ya había dado todo. Los ingresos de los pibes Andrada y Verón buscaron reforzar el ataque, pero Bouzat pegó dos patadas y terminó expulsado. Todo un

síntoma de impotencia.

Argentinos, en definitiva, fue superior. Porque hizo gala de la tenencia ante un rival agazapado, que se mostró al galope de una réplica. Y aunque en los primeros minutos había inquietado Vélez, siempre propusieron los futbolistas de camiseta roja. Con un sinfín de pases, todos orientados en desarticular la marca rival, algunos profundos. Pero el déficit estuvo en el área, donde Molina no pudo finalizar con criterio.

Argentinos enhebraba las jugadas con la salida limpia de Fattori y Lescano, y en el medio la movían Oroz y López Muñoz. No obstante, la más clara fue un centro pasado de Prieton que Molina no pudo empujar de frente al arco.

Vélez estuvo compacto y tensó la pierna dispuesto a recuperar y a rematar. En este contexto, dependía mucho de la velocidad de Gómez por la izquierda y Carrizo por la derecha. Sin embargo, ambos perdieron en el uno contra uno. Así y todo, lo mejor que produjo fue un cabezazo de Lanzini que tapó Siri con esfuerzo.

Bajo esta coyuntura, a pesar de la adrenalina que fluyó en el campo de juego, el partido estuvo lejos de ser emotivo. Recién hubo acción en el segundo tiempo.

Entonces Siri mostró que puede cuidar el arco del Ruso Rodríguez, López Muñoz desplegó su talento y Vélez ni siquiera pudo con el remate del final. Merlos cobró un penal que luego corrigió vía VAR. A esa altura, los hinchas estaban tan calientes que insultaron a Tapia, al referí y se fue expulsado Barros Schelotto.

Postales de un final agrio para el Fortín, que mezcló aplausos, silbidos y expuso el estado de confusión de Liniers. Las sonrisas -y la clasificación- viajaron por Juan B. Justo camino a La Paternal.

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