Nada es lo que parece 3: los ilusionistas regresan con más magia y adrenalina
Ruben Fleischer dirige la tercera entrega de la saga con Jesse Eisenberg y Woody Harrelson al frente, en una historia que combina acción, humor y crítica social.

Más de una década después de su última aparición, los Cuatro Jinetes regresan en Nada es lo que parece 3, un espectáculo vibrante que recupera el espíritu de la saga original y lo actualiza con nuevos trucos, jóvenes aliados y una villana inolvidable.
Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), Merritt McKinney (Woody Harrelson), Jack Wilder (Dave Franco) y Henley Reeves (Isla Fisher) vuelven a escena junto a Lula (Lizzy Caplan) para enfrentar un nuevo desafío: robar el legendario diamante Corazón, en manos de Veronika Vanderberg (Rosamund Pike), una millonaria tan elegante como despiadada. Su personaje, con sarcasmo y una presencia magnética, se convierte en el alma oscura del filme.
La trama mezcla acción, comedia e intriga en torno a un grupo de jóvenes ilusionistas que denuncian una estafa con criptomonedas, lo que despierta la atención de los veteranos magos. Unidos por un mismo objetivo —usar el engaño para hacer justicia—, ambos equipos se embarcan en un plan que recuerda a La gran estafa, pero con el sello de la magia visual que caracteriza a la saga.
Ruben Fleischer imprime dinamismo, ritmo y espectacularidad, con escenas coreografiadas al milímetro y efectos visuales hipnóticos. Eisenberg reafirma su carisma como líder, mientras Freeman y Ruffalo regresan para cerrar el círculo.
Sin innovar demasiado, Nada es lo que parece 3 cumple con creces: entretiene, deslumbra y demuestra que, cuando la ilusión se combina con el ingenio, el truco sigue funcionando. Puro artificio, pero del mejor.
