Un thriller español sin acción, tensión ni justificación alguna

Mikaela, película española de acción y suspenso estrenada en Netflix y dirigida por Daniel Calparsoro, decepciona al espectador por su falta de ritmo, tensión y originalidad. Con una duración de 90 minutos, el film intenta entrelazar cuatro historias en torno a un robo, pero ninguna logra captar verdaderamente la atención.
Antonio Resines interpreta a Font, un policía cercano a la jubilación que enfrenta problemas personales y laborales mientras se ve envuelto en un atraco durante una tormenta de nieve cerca de Madrid. La película presenta además a Micaela, una joven policía recién recibida, y a otros personajes que no logran aportar dinamismo ni frescura a la trama.
Desde el inicio, el guion se muestra previsible y poco sutil, con una banda sonora que anticipa en exceso las emociones de cada escena, restando cualquier efecto sorpresa. La falta de tensión hace que se pueda ver la película casi de manera distraída, sin exigir demasiada atención.
A pesar del esfuerzo de Resines por dar vida a su personaje, la historia no lo acompaña, y el desarrollo termina en un desenlace que no sorprende ni justifica el tiempo invertido. Mikaela queda lejos de las expectativas que genera el género de thriller policial.
En definitiva, una propuesta que podría haber sido interesante pero que naufraga por su falta de coherencia, ritmo y originalidad, dejando al espectador con la sensación de haber visto un producto común y sin chispa.