Crisis en la UCR: disputa por la conducción y tensión en el Congreso

La salida de Lousteau obliga a elegir nueva conducción en la UCR en un contexto de fuerte caída legislativa y presiones de gobernadores. La interna impacta en Diputados y el Senado.

La Unión Cívica Radical atraviesa una nueva crisis interna marcada por la disputa por la presidencia del Comité Nacional, que se definirá el 12 de diciembre tras la salida de Martín Lousteau. El proceso se da en medio de un fuerte retroceso parlamentario: la UCR perdió más del 70% de sus bancas y enfrenta un escenario de fragmentación que complica la unidad de sus bloques en ambas Cámaras.

En Diputados, el radicalismo pasó de 33 legisladores a apenas 14, tras varias rupturas y derrotas electorales. Para el nuevo período solo tienen asegurados seis escaños vinculados a Alfredo Cornejo, aunque algunos de sus referentes competirán dentro de otros espacios. A ellos se suman diputados que responden a gobernadores como Rogelio Frigerio y Leandro Zdero. Tres legisladores conocidos como “radicales peluca” confirmaron que directamente se integrarán al bloque de La Libertad Avanza.

La elección del nuevo presidente partidario influirá de manera directa en la estrategia parlamentaria. Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, aparece como principal candidato, con el apoyo de Carlos Sadir, Maximiliano Pullaro y sectores vinculados a Lousteau y Emiliano Yacobitti. Su postulación genera resistencia en Alfredo Cornejo y Leandro Zdero, mientras que otros posibles nombres, como Maximiliano Abad, niegan competir.

El armado de Provincias Unidas, integrado por gobernadores radicales y al que se sumará Lousteau desde el 10 de diciembre, agrega más tensión. Si Valdés lidera el partido, se espera que sus diputados regresen al bloque radical, lo que podría reconfigurar alianzas y abrir conflictos con ese espacio.

En el Congreso, legisladores impulsan una reunificación bajo una agenda común que represente a las cinco provincias gobernadas por la UCR y que ofrezca contención a quienes no tienen gestión propia. La definición de la conducción será clave para ordenar un partido que vuelve a debatir su identidad y su rumbo político.

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