En Chile, la comunista Jara y el conservador Kast van al balotaje

Para la segunda vuelta, Kast se aseguró el apoyo crucial del resto de la derecha.

Las encuestas se cumplieron ayer en Chile, primera elección con voto obligatorio, con el triunfo en primera vuelta de la candidata oficialista Jeannette Jara, quien superaba a su principal rival de la derecha, el líder del Partido Republicano José Kast. Una sorpresa fue el tercer puesto del independiente Franco Parisi, al que los sondeos daban muy abajo. Para el segundo turno, el 14 de diciembre, Kast ya consiguió anoche el decisivo respaldo de Evelyn Matthei, líder de la derecha más tradicional y del libertario Johannes Kaiser. La derecha se imponía en ambas cámaras del Parlamento. En 2021, el partido del actual presidente, Gabriel Boric, sacó 25,8% de los votos y salió segundo.

Estaba dicho. Jeannette Jara ganó ayer la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile. La candidata del oficialismo, militante del Partido Comunista, obtenía un del 26,71% de los votos y superaba a sus rivales de derecha, según los datos parciales difundidos por el Servicio Electoral, con el 90 % de las mesas escrutadas.

Pero todavía no tiene asegurada la presidencia. Deberá disputar una segunda vuelta el 14 de diciembre contra el conservador liberal José Antonio Kast que quedó en segundo puesto con un 24,7 % de los votos. Y ahora comienza una campaña de cuatro semanas que será muy ardua para la representante de un oficialismo desgastado y con una popularidad que se desploma.

Para muchos analistas, Kast tiene casi asegurada una victoria en el balotaje, ya que es difícil que Jara logre aumentar mucho la cifra de votantes que obtuvo ayer. Además, los otros dos candidatos de la derecha que en algún momento le hicieron sombra a Kast -el ultraderechista libertario Johannes Kaiser y la líder de la derecha más tradicional Evelyn Matthei- salieron enseguida a felicitarlo y expresarle su apoyo para el duelo definitivo.

La gran sorpresa anoche fue el tercer lugar: el independiente Franco Parisi, que aparecía muy relegado en los sondeos, obtuvo según los datos parciales un 19,42% de los voalcaldesa y dejó relegado al cuarto lugar a Kaiser, que obtenía un 13,92%.

A pocos votos de distancia figuraba Matthei, con el 13,04%. La ex de la comuna de Providencia, en Santiago, que hasta hace pocos meses aparecía como la favorita de la derecha, perdió impulso frente a los dos candidatos conservadores más duros. Los otros tres candidatos que se presentaron a la presidencia no llegaron al 2%.

Fue Matthei, poco después de las 20, la primera en salir a felicitar a Kast y expresarle su apoyo para la segunda vuelta. Luego, Kaiser, un libertario que defiende la dictadura de Augusto Pinochet y que había ganado un importante protagonismo en la campaña, también admitió su derrota y reiteró, como ya había adelantado, que apoyará al candidato de derecha. Además, celebró que habrá diputados de su espacio en el Congreso, y deslizó que volverá a ser candidato dentro de cuatro años.

Así las cosas, está claro que la derecha -que se negó a realizar elecciones primarias y se presentó dividida en estas elecciones- mostrará unidad de cara a la elección definitiva que marcará el rumbo para los próximos cuatro años.

La suerte de Jara parece echada. Será muy difícil que pueda hacer frente a Kast. Sobre todo porque aquí muchos la ven como la continuidad de un gobierno que termina con una imagen negativa superior al 60%, pese a que en la campaña se esmeró por distanciarse del actual presidente Gabriel Boric, quien en 2021 salió segundo en la primera vuelta con el 25,8% de votos detrás de Kast. En una elección inédita por su masividad -fue la primera presidencial con voto obligatorio, y durante todo el día la afluencia de votantes fue permanente y con lartos,

gas filas en algunos locales de votaciónBoric salió anoche a agradecer a todos los que participaron con su voto, y felicitó a Jara y a Kast por su pase a la segunda vuelta.

Cerca de las 9 de la noche, Jara subió al escenario montado junto a la iglesia de San Francisco, en la calle Londres frente a la Alameda Bernardo 0’Higgins, en el centro de Santiago. La candidata, de 51 años, agradeció el apoyo de su militancia y afirmó que “el pueblo se escucha”.

“No dejen que el miedo congele sus corazones”, arengó, en una clara crítica a Kast por “esconderse detrás de vidrios blindados”. Se refería a los últimos actos de campaña en los que el candidato ultraconservador se presentó detrás de un vidrio, para protegerse de eventuales ataques. Jara también felicitó a todos sus rivales, y destacó que “lo que ha hecho Franco Parisi no es menor”, en alusión al candidato del Partido de la Gente que terminó tercero, y cuyo apoyo será fundamental para sumar votos en el balotaje.

Parisi es un economista que hizo campaña bajo el eslogan antisistema “Chile no es facho ni comunacho” y es la tercera vez que se postula a La Moneda. Kast, a su vez, habló ante las cámaras en el comando armado en el exclusivo barrio de Las Condes, en Santiago.

“Es tiempo de un cambio real”, dijo, y de “reconstruir la patria”. El candidato, que comienza esta nueva campaña con un importante caudal de apoyo, reiteró: “Requerimos unidad para avanzar en seguridad, en vivienda, en educación y en todos los temas que se han visto muy afectados por este gobierno”.

Pese a ser uno de los países más seguros del continente, la campaña electoral estuvo dominada por el miedo ante el aumento del crimen, lo que propulsó a la extrema derecha y su plan de deportaciones masivas y combate al crimen.

Kast, de 59 años, dirigió su campaña contra los 337.000 migrantes en condición irregular, en su mayoría venezolanos, a los que se vincula con el aumento preocupante de los homicidios, secuestros y crímenes con el sello de las bandas del narcotráfico internacional. Su mensaje caló en medio de la conmoción causada por el Tren de Aragua, la temible banda de origen venezolano implicada en secuestros, extorsiones y otros delitos que ha extendido sus operaciones por Sudamérica. El candidato promete deportaciones masivas, al estilo de Donald Trump, y un “escudo fronterizo” para frenar el ingreso de extranjeros sin papeles, que incluye cercas metálicas y zanjas. Si las previsiones se cumplen, aunque las encuestas se han equivocado muchas veces, por primera vez podría haber en Chile un gobierno de extrema derecha tras el fin de la dictadura de Pinochet hace 35 años. ■

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