Argentina, entre los países que más usan dinero en efectivo
Aunque crece el uso de medios digitales, el país se mantiene en el puesto 24° a nivel mundial por el alto nivel de transacciones con billetes.
La Argentina figura entre las naciones que más utilizan efectivo en sus operaciones diarias, ocupando el puesto 24° de un ranking global elaborado por Visual Capitalist con datos de Forex.se. El estudio revela que el 70% de las transacciones en el país se realizan con dinero físico, un porcentaje similar al de economías como México, India y Tailandia, que integran lo que los analistas denominan la “trampa de los ingresos medios”.
La medición se difundió luego de un cruce público entre el presidente Javier Milei y el economista Emmanuel Álvarez Agis, quien había sugerido reemplazar el impuesto al cheque por un tributo a los retiros en efectivo. El episodio volvió a poner sobre la mesa el peso del dinero físico en la economía argentina y su resistencia a la digitalización.
Según el informe, los países más pobres son los que dependen más del efectivo, con Myanmar (98%), Etiopía (95%) y Gambia (95%) a la cabeza. En el extremo opuesto, Suecia, Noruega y Corea del Sur apenas registran entre 10% y 14% de uso, gracias a una fuerte infraestructura de pagos digitales y una alta bancarización.
El trabajo también destaca que en América Latina, México es el país con mayor porcentaje de operaciones en efectivo (80%), seguido por Argentina con 70%, y que el uso de billetes se mantiene elevado en naciones con limitaciones tecnológicas o bajo acceso a servicios financieros.
Entre las razones que explican la persistencia del efectivo, el informe señala la baja penetración de internet, la desconfianza hacia el sistema bancario y la informalidad económica. “En muchos países, el efectivo sigue siendo el medio más simple y confiable de intercambio, aunque limita el acceso al ahorro y al crédito”, concluye el relevamiento.
En contraste, economías con infraestructura digital sólida, como Estados Unidos, Canadá y Australia, muestran porcentajes inferiores al 20%, reflejando un cambio cultural sostenido hacia los pagos electrónicos.
