Una economía partida: mientras la mitad no llega a fin de mes, se dispara el turismo al exterior

El consumo masivo sigue estancado, pero repuntan con fuerza las compras de bienes durables, los viajes fuera del país y el ahorro en dólares. El 50% de las familias está ajustando gastos esenciales.
La recuperación económica en Argentina avanza a distintas velocidades y profundiza la brecha entre los distintos sectores sociales. Mientras la mitad de la población no logra cubrir sus gastos mensuales y un 30% debe recortar consumos para pagar servicios, otros segmentos vuelven a ahorrar en dólares, viajar al exterior y consumir en plataformas internacionales.
Según un informe de Moiguer & Asociados, el 23% de los argentinos compra dólares con regularidad y un 11% gasta en sitios del extranjero. En paralelo, las estadísticas muestran un aumento pronunciado en la venta de bienes durables y viajes: el turismo emisivo creció 80% interanual, los patentamientos de autos subieron 94% y las ventas de electrodomésticos registraron aumentos de hasta 115%.
Del otro lado, el consumo básico permanece estancado o en caída. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reportó caídas en mayo del 7,6% en alimentos y bebidas, 1,8% en indumentaria, 5,2% en perfumería y 2,6% en materiales de construcción. El consumo de farmacia bajó 1,5%, y calzado, un 0,5%.
“El consumo muestra una recuperación fragmentada, con velocidades muy distintas según el nivel de ingreso”, explicó Juan Pablo Ronderos, socio de MAP. Mientras los hogares de ingresos altos se benefician del dólar barato y salarios ajustados a la divisa, los sectores bajos apenas sostienen su poder adquisitivo gracias a los programas sociales.

Fernando Moiguer, CEO de la consultora que lleva su apellido, advirtió que “el cuello de botella para muchos hogares son las tarifas, que limitan el ingreso disponible”. Y agregó que hay una fuerte racionalización del gasto en alimentos y productos esenciales, fenómeno que recuerda a lo ocurrido en la crisis de 2001.
Osvaldo del Río, de la consultora Scentia, coincidió en que “el consumo de bienes durables se recupera tras una etapa de postergación”, aunque advirtió que el consumo masivo “sigue golpeado por el ajuste en tarifas y otros gastos prioritarios que desplazan la compra de productos básicos”.
La paradoja es evidente: mientras crece el uso de tarjetas en plataformas del exterior y se disparan las ventas de heladeras y lavarropas (115% y 99% respectivamente), la mitad del país apenas puede cubrir su canasta mensual. El país se mueve entre dos velocidades, y esa brecha se ensancha con el correr de los meses.