Trump posterga nuevos aranceles hasta agosto pero redobla la presión sobre sus socios

El presidente de EE.UU. extendió el plazo para aplicar tarifas recíprocas, aunque ya envió cartas a 14 países, entre ellos Japón, Corea del Sur y Argentina, con aumentos definidos. Se abre una nueva fase de incertidumbre comercial global.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que aplaza hasta el 1° de agosto la entrada en vigencia de los nuevos aranceles recíprocos, una política comercial que genera fuerte tensión entre Washington y sus principales socios. Si bien la postergación da un margen para la negociación bilateral, la Casa Blanca ya elevó la presión al enviar cartas formales a 14 países detallando los nuevos niveles arancelarios que enfrentará cada uno.

Entre los destinatarios figuran aliados estratégicos como Japón y Corea del Sur, además de Argentina, cuya exportación total ya había sido alcanzada por un arancel del 10%. El objetivo del Gobierno argentino es reducir esa carga a 0% en una lista de aproximadamente 100 productos actualmente en negociación.

Aranceles de hasta el 70%

Los aranceles recíprocos fueron anunciados por Trump en abril y establecen un piso de 10% y un techo de 70% para todos los países que mantengan un saldo comercial favorable con EE.UU. “Los productos estadounidenses enfrentan barreras injustas en el exterior”, reiteró el mandatario, al justificar las medidas.

La nueva tanda de tarifas incluye aumentos específicos: Japón, Corea del Sur, Malasia, Kazajistán y Túnez enfrentarán aranceles del 25%; Myanmar y Laos, del 40%; y otros países como Indonesia, Bangladesh, Serbia, Tailandia y Camboya, entre el 30% y 36%.

Argentina busca evitar un impacto mayor

Para el caso argentino, la imposición arancelaria representa un nuevo desafío en un contexto de caída de exportaciones y restricciones externas. El Gobierno nacional mantiene negociaciones con el Departamento de Comercio y la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. para lograr una reducción arancelaria focalizada, en especial sobre productos industriales y agroalimentarios.

Las conversaciones se dan en un marco de aceleración proteccionista por parte de la administración Trump, que aspira a renegociar acuerdos bilaterales uno a uno. Hasta ahora, solo tres países han cerrado acuerdos definitivos desde abril.

Más tensión en el comercio internacional

En las misivas oficiales, Trump vinculó los aranceles con los déficits comerciales que EE.UU. mantiene con cada país. Además, advirtió que si alguna nación toma represalias con medidas similares, los aranceles podrían aumentar incluso por encima de los niveles fijados.

La vocera presidencial, Karoline Leavitt, explicó que la extensión del plazo busca “proteger al consumidor estadounidense”, aunque admitió que “los teléfonos de Trump no dejan de sonar con líderes pidiendo acuerdos”. La Casa Blanca también aclaró que estos aranceles son independientes de los sectores que ya enfrentan tarifas previas, como el automotriz, el acero o el aluminio.

Bienes clave afectados

Si bien el impacto final dependerá de cada acuerdo, los sectores más comprometidos incluyen a las industrias automotriz, farmacéutica, electrónica y de autopartes. Entre los principales bienes que EE.UU. importa de Japón y Corea del Sur se encuentran autos, semiconductores y maquinaria industrial, lo que podría traducirse en subas de precios para consumidores estadounidenses.

El decreto de Trump representa un nuevo capítulo en la guerra comercial global y vuelve a poner bajo presión a las economías que dependen en gran medida del acceso al mercado estadounidense. En las próximas semanas, los equipos técnicos de cada país buscarán acelerar sus gestiones para evitar mayores sanciones y preservar su competitividad en el mercado norteamericano.

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