Tragedia en Devoto: apuntan a una caldera en mal estado y ventilaciones obstruidas como causas del fatal escape de monóxido

Cinco personas murieron en una vivienda de Villa Devoto. Los peritajes preliminares apuntan a fallas en el sistema de ventilación. Las intoxicaciones por monóxido aumentaron más del 50% en lo que va del año.
Una caldera con un caño averiado y ductos de ventilación bloqueados habrían sido las causas del escape de monóxido de carbono que provocó la muerte de cinco personas en una casa de Villa Devoto, entre ellas una niña. El único sobreviviente, un bebé de un año, permanece internado fuera de peligro en el Hospital Gutiérrez.
El caso, que generó una fuerte conmoción en el barrio, pone nuevamente en foco la seguridad de los artefactos a gas. Según datos oficiales del Ministerio de Salud, ya se registraron 473 casos de intoxicación por monóxido entre enero y junio de 2025. El promedio de los últimos cinco años para ese período era de 301, lo que representa un aumento del 57%. Especialistas señalan que el contexto económico ha generado una fuerte caída en los servicios de mantenimiento e instalación de calefactores, estufas y calderas.
Ulises Covarrubias, gasista matriculado con más de dos décadas de experiencia, lo resume con claridad: “Antes del invierno hacíamos tres o cuatro servicios por día; hoy nos llaman solo cuando hay una urgencia. Y muchas veces encontramos los artefactos mal intervenidos, con vidrios rotos, encendidos caseros y arreglos precarios”.
Desde el Círculo Argentino de Gasistas y Plomeros detallan que detectar una fuga hoy cuesta cerca de 88 mil pesos, mientras que reemplazar una válvula de gas puede superar los 135 mil. “La gente estira todo lo que puede. Los precios son altos, los intereses con tarjeta también, y muchos prefieren postergar arreglos hasta que es tarde”, explica Fabián Gómez, presidente de la Asociación de Instaladores de Gas, Agua y Sanitarios (Aigasra).
Gómez también propone avanzar en regulaciones que obliguen a revisar las instalaciones de gas en hogares, al menos cada tres o cuatro años, como ocurre en otros países. “En las escuelas se hace anualmente. En las casas, muchas veces pasan décadas sin una revisión”, apunta.
Entre los problemas más frecuentes, menciona ventilaciones tapadas por suciedad o nidos de aves, estufas obstruidas o calefones que funcionan con deficiencias. Un mantenimiento básico puede costar entre 50 y 60 mil pesos, mientras que una prueba de tiraje ronda los 20 mil.
El médico toxicólogo y especialista en salud pública Héctor Berzel sostiene que las intoxicaciones por monóxido “son 100% evitables”. Según explica, la suba de casos puede deberse también a una mejor notificación, aunque remarca que los costos y la falta de conciencia juegan un rol clave. “Muchas veces no se contrata a un gasista matriculado por lo que cuesta. Y casi nadie instala detectores de monóxido, que podrían salvar vidas”, advierte.
Finalmente, Berzel recomienda usar solo estufas de tiro balanceado, no calefaccionar con hornallas ni colocar calefones en baños. Y ante cualquier sospecha de intoxicación, lo primero es ventilar el ambiente y luego asistir a la persona afectada.