Tensión en Diputados: la oposición logró avanzar con dos iniciativas clave y la sesión terminó en escándalo

En una jornada cargada de tensión política, la oposición logró imponer dos emplazamientos en la Cámara de Diputados que obligan al oficialismo a tratar proyectos sensibles por su impacto fiscal: el financiamiento de las universidades nacionales y la emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan. La sesión terminó envuelta en gritos e insultos entre legisladores, tras una fuerte discusión por la detención de militantes que atacaron el domicilio del diputado José Luis Espert.

Uno de los factores determinantes de la jornada fue el rol de los gobernadores provinciales. En medio de una creciente tensión con el Gobierno nacional por la caída de la recaudación, la falta de obra pública y el reparto discrecional de los Aportes del Tesoro Nacional, varios mandatarios colaboraron para alcanzar el quórum de 129 diputados. La reunión que mantuvieron con el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, terminó sin resultados y eso habría inclinado la balanza a favor del debate opositor.

El quórum se logró con el aporte mayoritario de los bloques de Unión por la Patria, Democracia para Siempre, Encuentro Federal y el Frente de Izquierda. Pero también se sumaron diputados habitualmente cercanos al oficialismo, como los cuatro legisladores que responden al gobernador cordobés Martín Llaryora y el entrerriano Francisco Morchio, afín a Rogelio Frigerio. También participaron Alberto Arrúa (Misiones), Agustín Domingo (Río Negro), Yolanda Vega (Salta) y Osvaldo Llancafilo (Neuquén), todos integrantes del bloque Innovación Federal.

El radicalismo mostró señales de fractura interna: algunos miembros del bloque conducido por Rodrigo de Loredo apoyaron la sesión. Entre ellos, Julio Cobos, Natalia Sarapura y Fabio Quetglas. También se sumó Mario Barletta, hoy en un monobloque independiente.

Aunque los proyectos no contaban con dictamen y por tanto no podían ser aprobados en esa sesión, la oposición consiguió imponer dos emplazamientos. El primero obliga a las comisiones de Presupuesto y Educación a tratar el aumento del financiamiento universitario el próximo 8 de julio. El presidente de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert, había evitado hasta ahora convocar al debate por el impacto fiscal de las iniciativas.

Ese emplazamiento fue respaldado incluso por diputados del oficialismo, como los libertarios Marcela Pagano y Oscar Zago, una decena de radicales —incluido De Loredo— y los “radicales con peluca” Martín Arjol y Mariano Campero.

El segundo emplazamiento aprobado apunta a declarar la emergencia pediátrica y exige la asignación prioritaria de fondos para hospitales como el Garrahan. También se discutirá el 8 de julio en las comisiones de Salud, Familia y Presupuesto. Esta iniciativa fue apoyada por más sectores, entre ellos tres diputados del PRO (Álvaro González, Héctor Baldasi y Sofía Brambilla), la exlibertaria Lourdes Arrieta y 11 radicales.

Además, el diputado Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) presentó una moción para que el martes 15 se trate la modificación de la resolución que creó la comisión investigadora del caso $Libra. El objetivo: destrabar el empate entre oficialismo y oposición que mantiene paralizada a la comisión. Pero el oficialismo alegó que no formaba parte del plan de labor y postergó la votación, lo que aumentó el malestar en el recinto.

A medida que avanzaba la sesión, las tensiones se profundizaron. Las discusiones comenzaron con menciones al juicio por YPF y al conflicto entre Israel y Palestina, pero estallaron con fuerza cuando se tocó el tema de las militantes detenidas por vandalizar la casa de Espert. Las diputadas camporistas Paula Penacca y Lorena Pokoik increparon al economista libertario y la situación derivó en gritos, empujones y la posterior caída del quórum.

“Acá festejamos todos”, ironizó un legislador peronista. Desde distintos bloques apuntaron que el escándalo fue funcional para suspender el tratamiento de un tema incómodo como la quita de retenciones, que Unión por la Patria prefería evitar. Desde el espacio Democracia para Siempre denunciaron que se trató de un “acting” para frenar el debate sin asumir costos políticos.

Un diputado dialoguista lo resumió así: “Desde el principio sabíamos que solo iban a salir aprobados los emplazamientos de universidades y Garrahan, porque eran los únicos con consenso”.

Según pudo saber este medio, la oposición ya planea solicitar una nueva sesión antes del receso de invierno para tratar ambos proyectos, una vez que obtengan dictamen la próxima semana.

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