Silverstone, la Catedral de la F1 que vio brillar a Fangio, Froilán y ahora Colapinto

Desde la primera victoria de Ferrari con Froilán González hasta los giros históricos de Franco Colapinto, Silverstone es un templo de la Fórmula 1 con fuerte legado argentino.

Silverstone no es un circuito más en el calendario: es el corazón de la Fórmula 1. Y para los argentinos, también es tierra sagrada. Allí, José Froilán González logró el primer triunfo de Ferrari en 1951. Juan Manuel Fangio venció en 1956 y Carlos Reutemann ganó en 1978. Más de siete décadas después, Franco Colapinto continúa el legado nacional girando en ese mítico trazado.

Este fin de semana, el joven argentino afrontará un nuevo desafío en Silverstone a bordo de un Alpine, en una temporada difícil que aún no le dio grandes resultados. Pero volver al circuito británico —donde en 2024 giró por primera vez en un F1 en una práctica libre con Williams— tiene un peso simbólico enorme.

Un circuito histórico y el centro neurálgico de la F1

Silverstone es la sede permanente del Gran Premio de Gran Bretaña desde 1987 (aunque compartió ese rol con Aintree y Brands Hatch). Está rodeado de historia: en 1950 albergó la primera carrera oficial de la Fórmula 1 moderna. Desde entonces, ha sido testigo de los mayores hitos de la categoría.

Además, la zona que lo rodea —en el condado de Northamptonshire— alberga las sedes de siete de los diez equipos actuales: Mercedes, McLaren, Red Bull, Aston Martin, Alpine, Haas y Williams. Es, literalmente, el centro de operaciones de la F1. Solo Ferrari, Racing Bulls y Kick Sauber tienen bases fuera del Reino Unido.

Froilán, Fangio y la primera victoria de Ferrari

El 14 de julio de 1951 quedó grabado a fuego en la historia del automovilismo. Froilán González, con apenas un contrato simbólico de 150 liras, ganó con Ferrari su primera carrera en la F1. En los días previos, su amigo Fangio lo había llevado a reconocer el circuito a bordo de un Alfa Romeo y le señaló los puntos clave. Esa ayuda fue crucial: Froilán logró la primera pole de la Scuderia y luego se impuso en carrera.

Aunque el contrato establecía que debía ceder su auto a Alberto Ascari en caso de falla mecánica, el italiano se negó a reemplazarlo cuando su monoplaza se rompió. El “Cabezón” regresó a pista y selló un triunfo que hizo llorar a Enzo Ferrari. “No me olvidaré de usted mientras viva”, le dijo el mítico fundador de la marca, que colgó una foto del argentino en su oficina con una dedicatoria.

Fangio, Reutemann y una racha argentina

Juan Manuel Fangio ganó en Silverstone en 1956, también con Ferrari, y ese año fue campeón. Carlos Reutemann repitió la hazaña en 1978, aunque esa edición del Gran Premio de Gran Bretaña se corrió en Brands Hatch. En total, Argentina suma cuatro victorias en este GP, todas con Ferrari.

En 1954, Froilán volvió a imponerse, y compartió podio con otro argentino: Onofre Marimón, que fallecería meses después en Nürburgring. Fue una era dorada que dejó una huella imborrable.

Colapinto, el heredero moderno

En 2024, Franco Colapinto giró por primera vez en Silverstone al volante de un F1, en una práctica libre con Williams. Este año, ya como piloto oficial de Alpine, buscará consolidarse en un auto que aún no le permite competir por los puntos. Pero el escenario no podría ser más inspirador: la Catedral de la Fórmula 1, testigo de gestas inolvidables de pilotos argentinos.

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