Se agrava la crisis de Pedro Sánchez por escándalo de coimas en España
La crisis política en España se profundiza para el presidente Pedro Sánchez, afectado por un escándalo de corrupción que salpica a altos cargos de su partido, el PSOE. A pesar de la presión creciente para adelantar elecciones o enfrentar una moción de censura, Sánchez descartó ambas opciones y desafió a la oposición, compuesta por el Partido Popular (PP) y Vox, a presentar una moción formal para demostrar su capacidad de gobernar.
El caso, conocido como “el caso Koldo”, involucra una trama de cobro de coimas en adjudicaciones de obras públicas, donde figuran el exministro de Transporte José Luis Abalos y el exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán. Ambos fueron expulsados del partido o renunciaron a sus cargos y escaños. La empresa Acciona, implicada en el caso, despidió a su director de Construcción.
Sánchez reiteró que no convocará elecciones anticipadas y que su coalición progresista continuará gobernando con estabilidad, rechazando entregar el país a una alianza del PP con Vox, a la que calificó de la “peor oposición” en la historia democrática española. Además, convocó a que la derecha presente una moción de censura si realmente busca hacerse del poder, resaltando que no cuentan con los votos suficientes para aprobarla.
Mientras tanto, la oposición busca capitalizar la crisis, pero enfrenta obstáculos: Vox no tiene los 35 votos mínimos para iniciar una moción de censura, y el PP advierte que una moción en este momento solo fortalecería a Sánchez. Por su parte, algunos socios de coalición y partidos independentistas cuestionan el liderazgo de Sánchez, y Podemos anunció que no participará en reuniones para apoyar al presidente.
Para intentar contener el daño, Sánchez anunció la división temporal del puesto de secretario de organización del PSOE, que quedó vacante tras las renuncias, y la realización de una auditoría externa sobre las cuentas del partido. Sin embargo, la filtración de audios comprometidos agrava aún más la crisis interna del gobierno, que Sánchez intenta distanciar del partido para preservar la gobernabilidad.
