River debutó con una victoria sólida en el Mundial de Clubes: 3-1 ante Urawa en Seattle

Con goles de Colidio, Driussi y Meza, el equipo de Gallardo impuso condiciones desde el inicio y arrancó con el pie derecho en el Grupo E. La única preocupación: la lesión de Driussi. El sábado, ante Monterrey.
En el corazón del Lumen Field de Seattle, y bajo una tarde fresca típica del noroeste estadounidense, River Plate arrancó su sueño mundialista con una victoria convincente: 3-1 ante el Urawa Red Diamonds japonés, en el primer encuentro del Grupo E del Mundial de Clubes.
El equipo de Marcelo Gallardo mostró desde el arranque una postura dominante, buscando romper el cero con velocidad por las bandas y asociaciones cortas. Y lo logró rápido: a los 11 minutos, un centro quirúrgico de Marcos Acuña encontró la cabeza de Facundo Colidio, que rompió el arco nipón y desató el primer grito de la tarde.
Minutos después, Driussi estrelló un remate en el palo y, ya en el complemento, volvió a aparecer. En el 47’, aprovechó un grosero error defensivo, anticipó un pase atrás y definió con frialdad el 2-0. Sin embargo, el festejo fue agridulce: en la misma acción sintió una molestia en el tobillo derecho y debió ser reemplazado por Miguel Borja.
El descuento de los asiáticos llegó rápido. A los 55’, un penal de Acuña sobre Kaneko le permitió a Yusuke Matsuo descontar desde los doce pasos. El gol le puso suspenso al marcador, aunque duró poco: a los 72’, Maximiliano Meza selló el resultado tras otro córner letal de Acuña, con un cabezazo inatajable.
El Millonario mostró momentos de buen fútbol, una defensa ordenada con Franco Armani siempre firme (atajadas clave sobre el cierre) y un mediocampo dinámico, a pesar de los cambios. Mastantuono, Colidio y Meza se destacaron por intensidad y claridad.
River lidera su grupo y volverá a presentarse el próximo sábado a las 22 (hora argentina) ante Monterrey de México, en el mítico Rose Bowl de Los Ángeles. Urawa, en tanto, chocará ese mismo día con el Inter de Milán.
Más allá del buen resultado, la gran incógnita de las próximas horas será el parte médico de Driussi. Gallardo y todo River esperan que no sea más que un susto.