La secuela del fenómeno de bajo presupuesto que sorprendió en 2023 vuelve… sin ideas. M3GAN 2.0 intenta subir la apuesta con más sangre, más acción y otra muñeca maldita —Amelia, esta vez militarizada—, pero se queda sin alma ni sustos.

Sin James Wan en el guión, la historia pierde originalidad y sentido. Hay un mensaje sobre los peligros de la inteligencia artificial, pero está tan subrayado que parece un meme. Y aunque vuelven los personajes de la primera (Gemma ahora es escritora y activista pro-regulación de IA, Cady practica aikido y ama a Steven Seagal), el resultado es chato.

Ni las peleas, ni los balazos, ni los (pocos) chistes levantan una trama previsible y floja. La muñeca dice que actúa “porque es lo correcto”. El espectador tal vez se pregunte si lo correcto no hubiera sido dejarla en el tacho.

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