La versión “made in Hollywood” de un drama médico italiano

Doc, la serie estrenada en Disney+ en 2025, es una nueva versión adaptada al público estadounidense de la producción italiana Nelle tue mani, que a su vez está inspirada en hechos reales. La historia gira en torno a Amy Elias (Molly Parker), una médica que, tras sufrir un accidente automovilístico, despierta con amnesia y pierde los últimos ocho años de su vida.
El recurso de la amnesia como punto de partida narrativo es uno de los más usados y, quizás, gastados en la ficción. Sumado al género del drama médico, que ya ha explorado infinidad de situaciones en hospitales, emergencias y relaciones personales, podría esperarse que Doc caiga en el terreno del cliché sin mucho para aportar. Sin embargo, la serie consigue matices que mantienen al espectador interesado, aunque no necesariamente sorprendido.
La protagonista despierta en el hospital donde trabaja y, aunque reconoce a su esposo, no recuerda que en realidad ya no está con él. También ignora una gran tragedia de su pasado, lo que da pie a un viaje de recuperación no sólo física sino emocional y profesional. Amy debe reencontrarse consigo misma, mientras navega entre el presente y los fragmentos de recuerdos que vuelven a su memoria.
A diferencia de la versión original italiana, que transcurría en Milán, esta remake está ambientada en Minnesota, Estados Unidos. El cambio no es sólo geográfico: el enfoque en la figura femenina de la doctora Amy y la forma en que se exploran sus dos versiones —la amnésica, sensible y empática, y la anterior, fría y distante— aportan una doble perspectiva sobre el personaje. Este contraste funciona como un hilo conductor que plantea interrogantes interesantes: ¿cuánto tiempo durará esta nueva faceta más humana? ¿Volverá a su “vieja yo” con la recuperación completa de la memoria?
Molly Parker, actriz canadiense de amplia trayectoria, se destaca en su rol, aportando credibilidad y una sensibilidad especial, posiblemente alimentada por experiencias personales como su lucha contra el cáncer. Su interpretación recuerda, en cierta forma, a Ellen Pompeo en Grey’s Anatomy, aunque sin la popularidad masiva de esta última.
Doc divide las opiniones: para los seguidores de los dramas médicos clásicos, ofrece todos los ingredientes esperables, con sus dosis de emociones, conflictos profesionales y personales, y escenas de urgencias y cuidados intensivos. Para quienes creen que ya se ha contado todo en este género, la serie puede resultar previsible y poco innovadora.
En definitiva, Doc es un producto pensado para el entretenimiento ligero, un “pochoclo” audiovisual para acompañar el fin de semana sin grandes pretensiones artísticas ni narrativas. No aspira a romper moldes, sino a ofrecer una historia que se sigue sin dificultades y se olvida con la misma rapidez. En una era donde la producción de contenido es voraz y abrumadora, pertenecer a la categoría de las series “olvidables” no significa un fracaso, sino un lugar en la enorme oferta para consumir sin culpa y sin expectativas elevadas.