La mayoría desconoce cómo actuar ante un ACV
Estudio en 5 ciudades revela que pocos argentinos saben reconocer síntomas de un ACV ni actuar rápidamente ante la emergencia.

Un estudio realizado en Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán reveló que la mayoría de los argentinos no sabe cómo actuar si alguien a su alrededor sufre un ACV.
El relevamiento de Voices indicó que aunque el 70% sabe qué es un ACV, solo un tercio conoce cómo identificar los síntomas rápidamente y el 38% se siente preparado para reaccionar correctamente ante un caso cercano.
Los accidentes cerebrovasculares son emergencias médicas. Cada minuto que pasa sin atención aumenta el riesgo de muerte o secuelas permanentes como dificultad para pensar, hablar o moverse.
El ACV ocurre cuando un coágulo o una hemorragia interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro. Cada minuto sin tratamiento se pierden dos millones de neuronas. Iniciar el tratamiento temprano reduce la mortalidad y aumenta las posibilidades de recuperación.
Los síntomas principales incluyen dolor de cabeza súbito y severo, debilidad o parálisis en un brazo o mitad del cuerpo, pérdida de visión, problemas para hablar o entender, vértigo, falta de coordinación e inestabilidad. Ante cualquiera de ellos, hay que llamar inmediatamente al 107, 911 o servicio de emergencias local.
Los ataques isquémicos transitorios (AIT), conocidos como mini-ACV, son breves y no dejan secuelas visibles, pero advierten sobre un futuro ACV. Hasta el 30% de los ACV son precedidos por un AIT, la mitad dentro de las primeras 48 horas.
Los factores de riesgo modificables más importantes son hipertensión, tabaquismo, colesterol elevado, diabetes, arritmias como fibrilación auricular, exceso de peso, sedentarismo, apnea del sueño y consumo de alcohol o drogas.
Alrededor de uno de cada cuatro sobrevivientes de un ACV corre riesgo de un segundo evento, pero hasta el 80% de estos pueden prevenirse con control médico, estilo de vida saludable y tratamiento adecuado.
Actuar rápido ante los primeros síntomas y acudir al centro preparado para el manejo del ACV puede salvar vidas y reducir secuelas graves.
