Devastador ataque aéreo ruso sacude Kiev y otras seis regiones ucranianas: más de 400 drones y 40 misiles lanzados

En uno de los ataques más intensos desde el inicio de la invasión en 2022, Rusia lanzó un asalto masivo durante la madrugada del viernes que alcanzó la capital ucraniana y seis regiones más. Las autoridades reportaron al menos tres muertos en Kiev y numerosos daños a la infraestructura civil.

El operativo aéreo incluyó 407 drones y 44 misiles de diversos tipos —tanto balísticos como de crucero—, según detalló Yurii Ihnat, vocero de la Fuerza Aérea de Ucrania. Se estima que las defensas ucranianas lograron interceptar cerca de 200 drones y unos 30 misiles.

Este ataque se produjo tras las amenazas del presidente ruso, Vladímir Putin, quien había prometido represalias luego de que Kiev lanzara la denominada “operación Telaraña” contra infraestructura en territorio ruso, como puentes y aeródromos. Durante una llamada con Donald Trump, Putin calificó estos actos como “terrorismo”.

En paralelo, declaraciones del mandatario estadounidense marcaron un giro preocupante: Trump sugirió que quizá lo mejor sería permitir que “sigan luchando un tiempo” antes de impulsar negociaciones de paz.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, respondió con firmeza: “Rusia no abandona sus viejas prácticas”. Junto con su gabinete y la fiscalía general, confirmó la muerte de tres socorristas que habían acudido a brindar asistencia en plena ofensiva aérea.

Mientras tanto, Moscú aseguró haber alcanzado objetivos militares en Ucrania mediante “armamento de precisión de largo alcance”. Sin embargo, funcionarios ucranianos acusan a Rusia de atacar deliberadamente zonas residenciales. “Ucrania apunta a blancos militares. Rusia, a nuestros hogares”, denunció el canciller Andrii Sybiha en redes sociales.

El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, advirtió que el Kremlin continúa aparentando estar dispuesto al diálogo, mientras rechaza cualquier concesión.

En Kiev, las explosiones provocaron incendios, cortes de energía en más de 2.000 viviendas y severos daños en edificios residenciales, particularmente en el distrito de Solomyanskyi. En otras zonas como Ternopil y Poltava también se reportaron heridos y destrucción de infraestructura.

Las autoridades rusas también reportaron una ola de drones ucranianos: 174 habrían sido derribados sobre 13 regiones, incluidos algunos cerca de Moscú. También se interceptaron tres misiles ucranianos sobre el mar Negro. En la región de Belgorod, una locomotora se descarriló tras la explosión de una vía férrea, lo que Moscú atribuye a sabotaje.

El defensor del pueblo ucraniano, Dmytro Lubinets, exigió una respuesta firme de la comunidad internacional: “Rusia actúa como un Estado terrorista y viola sistemáticamente los derechos humanos”.

Los equipos de rescate continúan trabajando en los puntos más afectados, mientras Kiev y gran parte del país enfrentan las consecuencias de una noche de terror. El conflicto, sin señales claras de solución, atraviesa una nueva escalada.

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