Descifran el enigma que permite comer sin sufrir alergias

Una investigación publicada en la revista Nature reveló el complejo mecanismo inmunológico que protege al organismo de reacciones alérgicas frente a los alimentos. Científicos del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel, lograron describir cómo el sistema inmune interviene para permitir una alimentación sin conflictos.

Las alergias alimentarias —a maní, mariscos, frutillas o lácteos, entre otros— afectan a distintas poblaciones y representan un desafío importante para la salud pública, ya que su diagnóstico y tratamiento suelen ser complejos. Sin embargo, lo que pocos se preguntan es por qué la mayoría de las personas puede consumir una dieta variada sin sufrir reacciones adversas. Esta “normalidad” también depende del sistema inmunológico.

Ese fenómeno se debe a un proceso llamado tolerancia oral, un mecanismo fundamental para la supervivencia que hasta ahora había sido poco comprendido. El estudio liderado por Ranit Kedmi reveló la red celular que hace posible esta tolerancia, lo que abre nuevas puertas para entender trastornos como las alergias e intolerancias alimentarias, e incluso enfermedades como la celiaquía.

La tolerancia comienza a formarse desde el embarazo, cuando el sistema inmunológico del feto se expone a componentes de los alimentos que consume la madre. Luego, sigue su desarrollo durante la lactancia y cuando el niño empieza a alimentarse con sólidos, en interacción con las bacterias beneficiosas del intestino que producen compuestos similares a los alérgenos, que el sistema debe aprender a ignorar.

Durante años se creyó que las células dendríticas —descubiertas por Ralph Steinman, premio Nobel en 2011— eran las responsables de orquestar esta tolerancia. Estas células, que en caso de infección activan la respuesta inmune, supuestamente decidían cuando suprimir esa reacción ante los alimentos. Sin embargo, experimentos con animales mostraron que al eliminar este tipo celular, la tolerancia oral seguía intacta.

Kedmi postuló que la clave estaría en un tipo específico de células inmunitarias llamadas ROR-gamma-t, descubiertas durante sus estudios posdoctorales. Así lo confirmó el equipo liderado por Anna Rudnitsky: estas células, y no las dendríticas convencionales, son las encargadas de iniciar el proceso de tolerancia.

Cuando los investigadores impidieron que las células ROR-gamma-t presentaran partículas alimentarias al sistema inmune en ratones, los animales desarrollaron rápidamente alergias alimentarias. Esto demostró que la función de las células dendríticas es solo una parte de un sistema mucho más complejo, en el que diferentes tipos celulares trabajan en conjunto para evitar reacciones adversas ante alimentos.

Mediante técnicas genéticas avanzadas y microscopía, el grupo identificó una red formada por cuatro tipos celulares que coordinan la supresión de la respuesta inmunológica frente a alimentos. Las señales de las células ROR-gamma-t se transmiten a otros dos tipos celulares, que a su vez inhiben a las células CD8, responsables normalmente de eliminar células infectadas o generar inflamación ante amenazas.

Este sofisticado equilibrio plantea nuevas preguntas: ¿qué sucede si el sistema inmunológico encuentra proteínas microbianas que se parecen a ingredientes alimentarios? ¿Cómo responde frente a una infección si la tolerancia oral suprime la acción de las células CD8? El equipo comprobó que, ante una infección, el sistema suspende temporalmente el programa de tolerancia para permitir la respuesta defensiva, reanudándolo una vez eliminada la amenaza.

En definitiva, el estudio muestra una red celular dinámica que permite comer sin sufrir alergias, al tiempo que mantiene la vigilancia frente a patógenos, y abre el camino para futuros tratamientos de alergias e intolerancias.

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