Consultoras proyectan una inflación levemente superior en junio por suba de alimentos y petróleo

Aunque el índice seguiría por debajo del 2%, las alzas en los alimentos y el precio internacional del crudo complican la posibilidad de repetir el dato de mayo.
Tras el dato de inflación de mayo, que marcó el registro más bajo de los últimos cinco años, las consultoras privadas anticipan que la desaceleración continuará, pero advierten que será difícil replicar la cifra de ese mes en junio. Si bien se mantiene la tendencia hacia índices mensuales inferiores al 2%, la suba de alimentos y el encarecimiento del petróleo podrían presionar levemente al alza los precios.
En las primeras dos semanas de junio, los alimentos volvieron a mostrar incrementos después de la deflación observada en algunos productos de consumo masivo el mes anterior. Según la consultora LCG, en la segunda semana del mes los alimentos y bebidas en la Ciudad de Buenos Aires aumentaron un 1,7%, con subas destacadas en aceites (5,9%), verduras (4%) y carnes (1,3%). En promedio, el rubro muestra un alza de 1,6% en las últimas cuatro semanas, triplicando la variación que había registrado en mayo.
Al ser el rubro de mayor incidencia en el Índice de Precios al Consumidor (con un peso cercano al 24%), su evolución es clave para el resultado general. Los acuerdos recientes entre el Gobierno y supermercados, junto con las advertencias a las empresas alimenticias, habían contribuido a contener los precios en mayo, pero los analistas remarcan que parte de esos factores ya se estarían revirtiendo.
Además de los alimentos, los servicios continúan ajustando por encima del promedio, lo que agrega presión sobre la inflación núcleo. En mayo, la inflación núcleo —que excluye regulados y estacionales— fue del 2,2%, mientras que los servicios treparon al 2,7%, el doble del índice general.
Otro de los componentes a seguir es el impacto del alza internacional del petróleo, que subió más de 7% tras las tensiones entre Israel e Irán, lo que podría trasladarse a los surtidores en las próximas semanas.
Desde Analytica, Ricardo Delgado sostiene que el Gobierno está enfocado en lograr un índice mensual del 1% hacia octubre, en el marco de su estrategia electoral, aunque reconoce que en junio es probable que el dato se ubique más cerca del 1,5% debido a los ajustes pendientes en tarifas de electricidad, gas y transporte.
En tanto, Camilo Tiscornia (C&T Asesores Económicos) advierte que junio presenta estacionalmente registros más bajos, pero aún así es poco probable repetir la cifra de mayo, en parte porque ese mes estuvo influido por la baja de las naftas, la caída en verduras y las promociones del Hot Sale. Además, anticipa una posible aceleración en julio por las vacaciones de invierno.
Por su parte, Aldo Abram (Fundación Libertad y Progreso) proyecta que la inflación recién podría perforar el piso del 1% a comienzos de 2026, aunque destaca que mientras se mantenga la disciplina fiscal y monetaria, la tendencia seguirá siendo descendente.
En este contexto, tanto el precio de los combustibles como el comportamiento del dólar durante el tercer trimestre —tras el fin de la cosecha gruesa— serán determinantes para evaluar el ritmo de desinflación en el tramo final del año electoral.