Captain America: Brave New World — El escudo cambia de manos, pero el peso sigue siendo el mismo

El universo cinematográfico de Marvel (MCU) da un nuevo paso con Captain America: Brave New World, la primera película protagonizada por Anthony Mackie como Sam Wilson, el nuevo Capitán América. Ya disponible en plataformas digitales, la cinta marca una etapa de transición para la franquicia y abre preguntas sobre el rol del héroe en tiempos de cambio.
Virtudes:
Lo primero que destaca es la intención de Marvel de dar un giro más político y realista a la narrativa. La película abandona el tono más “liviano” de entregas anteriores y pone a Sam Wilson en el centro de conflictos internacionales, conspiraciones gubernamentales y dilemas éticos que le otorgan profundidad. Julius Onah, el director, construye un relato más contenido, con una estética menos cargada de CGI y más anclada en el thriller político, algo que recuerda a Capitán América y el Soldado del Invierno.
El carisma de Mackie, acompañado por un elenco sólido y personajes nuevos con peso dramático, sostiene el relato. La música y la fotografía refuerzan un clima más sobrio, con buenas secuencias de acción sin caer en el exceso.
Debilidades:
Aun con sus aciertos, la película no está exenta de problemas. A ratos, el guion se vuelve predecible y algunos giros parecen más funcionales al fan service que al desarrollo orgánico de la historia. Además, la necesidad de seguir conectando todo con el vasto universo Marvel hace que por momentos pierda fuerza su propuesta independiente.
¿Vale la pena verla?
Sí. Brave New World no es solo una película de superhéroes: es una reflexión sobre qué significa ser un símbolo en un mundo fracturado. Sam Wilson no intenta imitar a Steve Rogers: construye su propia identidad. Y eso, en tiempos donde la autenticidad escasea, ya es un mérito.
Para los fans del MCU, es un capítulo imprescindible. Para quienes buscan una película de acción con contenido político, también tiene mucho para ofrecer.