Bolivia: crecen las tensiones políticas y ya suman cinco los muertos tras los bloqueos de rutas

La grave crisis política que atraviesa Bolivia sumó este jueves un nuevo capítulo de violencia, con un saldo trágico de cuatro policías y un civil muertos en medio de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y simpatizantes de Evo Morales, quien busca regresar al poder en las próximas elecciones presidenciales.
Los disturbios estallaron en distintos puntos del país, especialmente en Llallagua, al sur de La Paz, y en la región de Cochabamba, donde se registraron las primeras víctimas fatales desde que comenzaron los bloqueos de rutas hace 10 días. Las protestas fueron impulsadas por seguidores de Morales tras quedar inhabilitado para competir en los comicios de agosto, por un fallo del Tribunal Constitucional que impide su reelección.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, confirmó que las víctimas fatales incluyen a los subtenientes Jorge Barrozo Rodríguez y Carlos Apata, el sargento Alberto Mamani y el subteniente Christian Calle Alcón, este último muerto por un explosivo en Cochabamba. Además, un civil perdió la vida por la manipulación de un artefacto explosivo.
“Se están utilizando armas de fuego, incluso francotiradores”, denunció el ministro de Justicia, César Siles, mientras que la policía informó que las fuerzas de seguridad sólo emplearon gases lacrimógenos durante los operativos de desalojo.
En paralelo, el presidente Luis Arce reafirmó su decisión de continuar los operativos para liberar las rutas bloqueadas, tras reunirse con la cúpula militar y sus ministros de seguridad. “Los operativos continuarán hasta garantizar el libre tránsito del pueblo boliviano”, aseguró. También negó cualquier posibilidad de renunciar ante la presión de los manifestantes.
Los enfrentamientos en Llallagua, donde los pobladores intentaron despejar las vías bloqueadas, dejaron más de 30 heridos y derivaron en violentos choques con los seguidores de Morales. Imágenes difundidas por la televisión estatal mostraron escenas de extrema violencia, con manifestantes atacando a policías y despojándolos de su equipamiento.