Avanza en el Senado el polémico plan fiscal de Trump que recorta impuestos y asistencia social

En una ajustada votación, el Senado de Estados Unidos aprobó por 51 votos a 49 la apertura del debate en particular del megaproyecto presupuestario impulsado por el presidente Donald Trump. La iniciativa, eje de su segundo mandato, contempla recortes fiscales por 3,8 billones de dólares, fuertes reducciones en programas sociales como Medicaid y cupones de alimentos, y mayores fondos para políticas migratorias.

El proyecto, conocido como la “gran y bella ley” según palabras del propio Trump, enfrenta un intenso rechazo tanto en filas demócratas como dentro del Partido Republicano. Dos senadores oficialistas votaron en contra y el presidente ya prometió represalias contra los “traidores”. Aún así, la propuesta avanza hacia una eventual aprobación, con la mira puesta en el 4 de julio, fecha simbólica que la Casa Blanca fijó como límite para sancionar la ley.

Uno de los puntos más controvertidos es el impacto sobre el sistema de salud pública. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, de aprobarse, la ley dejaría sin cobertura médica a 11,8 millones de personas de aquí a 2034, afectando especialmente a adultos mayores, personas con discapacidad y sectores vulnerables de zonas rurales.

Además, el mismo informe advirtió que el déficit fiscal se incrementaría en 3,3 billones de dólares en la próxima década como resultado de la baja de impuestos. La oposición denuncia que el recorte beneficiaría principalmente a los sectores de mayores ingresos, mientras que se desmontan programas esenciales para millones de ciudadanos.

Durante la maratónica sesión del sábado por la noche, fue clave la presencia del vicepresidente J.D. Vance, convocado para dirimir un eventual empate. Aunque no fue necesario, su presencia reflejó la tensión en el Capitolio. Ahora se espera que el debate continúe durante toda la semana, con un texto de 940 páginas que aún podría sufrir modificaciones antes de una votación definitiva.

El empresario Elon Musk se sumó a las críticas al proyecto y lo calificó como “una completa locura” que “provocará un daño estratégico al país”, en una nueva señal del rechazo que genera el plan incluso en sectores afines al oficialismo.

Si finalmente se aprueba en el Senado, la ley deberá volver a la Cámara de Representantes para una votación final. Allí, los republicanos tampoco tienen margen para muchas deserciones: la presión de la Casa Blanca sobre sus legisladores se intensificará en las próximas horas.

Con esta propuesta, Trump busca prolongar los recortes fiscales de su primer mandato, que expiran a fin de año si el Congreso no los renueva. Pero el costo social y fiscal del proyecto promete mantener el debate abierto en Estados Unidos más allá del calendario legislativo.

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