“La tortuga roja”: la magia de Studio Ghibli sin diálogos
El filme animado de Michael Dudok de Wit nos envuelve con imágenes y música, contando la historia de un náufrago y su encuentro con la tortuga roja, sin necesidad de palabras.

Una joya de animación internacional
“La tortuga roja” (2016) es una película animada co-producida por Francia, Japón, Bélgica y EE. UU., dirigida por Michael Dudok de Wit, y basada en la inspiración de Studio Ghibli, el mítico estudio fundado por Hayao Miyazaki. Con 80 minutos de duración y clasificación ATP, la cinta fue nominada al Oscar a la mejor película animada y se estrenó en la sección Un certain regard del Festival de Cannes 2016.
Historia sin palabras
La trama sigue a un náufrago que llega a una isla desierta tras un naufragio. Explora la selva, encuentra comida y agua, y lucha por construir una balsa para escapar. Su encuentro con la tortuga roja, animada con efectos digitales mientras todo lo demás se realizó a mano, cambia su destino. La historia combina amor, familia y supervivencia, transmitida sin diálogos, solo con música y sonidos ambientales.
Producción y animación
Dudok de Wit, ganador del Oscar por Father and Daughter (2000), visitó las islas Seychelles para inspirar al equipo de animación. El proceso creativo duró nueve años, empleando la tableta digital Cintiq para la animación manual, mientras que la tortuga roja fue la única animación realizada por computadora. La banda sonora, compuesta por Laurent Perez del Mar, tiene un papel central en la narrativa, guiando emociones y tensiones sin necesidad de palabras.
Legado y estilo Ghibli
El filme refleja el estilo de Studio Ghibli, conocido por clásicos como El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke, pero con una mirada internacional. Al igual que en Flow, la ausencia de diálogos permite que la historia se cuente solo con imágenes, gestos y sonidos, ofreciendo una experiencia visual y emocional única.
“La tortuga roja” demuestra que la animación puede comunicar emociones profundas y contar historias complejas sin recurrir a una sola palabra, consolidándose como una obra imprescindible para amantes del cine y la animación.
