Brigitte Macron sorprendió a Emmanuel con un gesto que dio la vuelta al mundo: ¿discusión o un simple juego de pareja?

El arribo del presidente francés Emmanuel Macron a Vietnam quedó opacado por una secuencia que rápidamente se volvió viral. Al momento de descender del avión presidencial, las cámaras captaron un gesto inesperado de la primera dama, Brigitte Macron, que colocó sus manos sobre el rostro del mandatario en lo que pareció ser un manotazo o una broma pesada. El momento generó especulaciones de todo tipo en redes sociales y fue registrado por la agencia Associated Press.

En las imágenes, se observa cómo el brazo de Brigitte emerge desde la puerta del avión y toma por sorpresa a Macron, quien reacciona con visible sobresalto. Sin embargo, se recompone en segundos, sonríe y saluda desde la escalerilla del avión, mientras ella permanece oculta por la estructura del aparato, lo que impide ver su expresión o lenguaje corporal.

Desde Vietnam, el propio Macron intentó bajar el tono al episodio: “Jugué con mi esposa, como lo hago habitualmente. Que todos se calmen”, respondió al ser consultado por el video, al que incluso calificó en un primer momento como “inventado”.

El Elíseo también salió al cruce de las versiones, asegurando que se trató de “un gesto de complicidad”. Pero para medios como Russia Today y diversos usuarios en redes, lo ocurrido fue directamente una bofetada de la primera dama, quien además evitó tomar del brazo a su esposo para bajar juntos del avión.

La escena provocó un sinfín de comentarios en plataformas digitales, alimentados por el hecho de que, durante el descenso, Brigitte caminó sola, con el rostro serio, mientras el presidente ofrecía su brazo sin obtener respuesta.

Inicialmente, el equipo de comunicación presidencial insinuó que el video podía haber sido generado con inteligencia artificial, aunque poco después reconoció su autenticidad. “Fue un momento de distensión entre el presidente y su esposa, una última risa antes de comenzar la visita oficial”, explicó luego un allegado cercano al mandatario.

La versión oficial subraya que no hubo violencia ni tensión. “Es un gesto que hacen habitualmente. No es una bofetada. Es una especie de sketch entre ellos, algo que hemos visto decenas de veces”, insistió otra fuente del entorno presidencial.

Aun así, el episodio siguió siendo materia de debate. Usuarios de redes compartieron memes, parodias y teorías de todo tipo. Algunos lo consideraron una “disputa conyugal” frente a cámaras; otros, una muestra de la espontaneidad de la pareja presidencial.

Horas más tarde, durante la ceremonia de bienvenida ofrecida por las autoridades vietnamitas, Macron y su esposa lucían distendidos. Llamó la atención el look elegido por Brigitte: un blazer rojo intenso, color que no suele formar parte de su vestuario habitual, dominado por tonos sobrios y cortes clásicos. Sus apariciones públicas suelen incluir piezas de diseñadores como Nicolas Ghesquière, de Louis Vuitton, con vestidos rectos, pantalones ajustados y tapados elegantes.

La controversia en torno al episodio ocurre en un contexto de creciente hostilidad digital contra Macron. Hace pocas semanas, desde cuentas prorrusas y de ultraderecha se difundió una imagen donde se sugería que el presidente escondía una bolsa de cocaína durante una foto junto a Keir Starmer y Friedrich Merz en un tren camino a Ucrania. La acusación fue rápidamente desmentida: el objeto en cuestión era un simple pañuelo de papel.

La visita a Vietnam marca un momento estratégico para Francia. Es la primera de un presidente francés en casi diez años y busca afianzar la presencia de París en una región clave. Vietnam, con una economía orientada a la exportación, ha hecho concesiones a Estados Unidos para evitar sanciones arancelarias, y ahora Macron busca posicionarse como un socio confiable.

El presidente francés y su esposa visitaron el Templo de la Literatura en Hanói junto al secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, y su esposa, Ngo Phuong Ly. Se trata de la primera escala de una gira de una semana por el sudeste asiático, con la que Macron espera reforzar la influencia de Francia en un escenario geopolítico en transformación.

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