Trump consigue con estrecho margen la aprobación del polémico Presupuesto en el Congreso de EE.UU.

El presidente Donald Trump logró una ajustada victoria en el Congreso tras la aprobación de su controvertida ley de Presupuesto e inmigración, que incrementará el déficit fiscal a niveles récord y recortará programas sociales. La Cámara de Representantes sancionó la ley con 218 votos a favor contra 214 en contra, luego de que el vicepresidente JD Vance tuviera que romper el empate 50-50 en el Senado.
La votación se produjo un día antes del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, fecha límite establecida por Trump para la aprobación. El mandatario calificó la legislación como una “ley grande y hermosa”, mientras que la oposición la denunció como una “abominación repugnante”. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el proyecto elevará el déficit fiscal en US$ 3,3 billones, la cifra más alta en una década.
El paquete incluye la extensión de recortes fiscales de 2017 y nuevos recortes que Trump prometió en su campaña, con un costo total estimado de US$ 4,5 billones. Además, aumenta el presupuesto de defensa en US$ 150.000 millones, incluyendo fondos para el llamado “domo dorado”, un sistema de defensa antimisiles.
En materia migratoria, la ley fortalece la política de mano dura con mayores fondos para la construcción del muro fronterizo, contratación de agentes para deportaciones y la ampliación de la deportación rápida sin juicio previo. También elimina gradualmente incentivos para energías limpias, favoreciendo al sector petrolero.
Para compensar la reducción en ingresos tributarios y el aumento del gasto, se recortan casi un billón de dólares del programa Medicaid, junto con reducciones en asistencia alimentaria y otros programas sociales, afectando a más de 10 millones de personas.
La aprobación fue producto de intensas negociaciones internas en el Partido Republicano, donde Trump ejerció fuerte presión para garantizar la lealtad de sus legisladores. Aunque la ley es impopular entre el público y recibió críticas de empresarios y sectores demócratas, los republicanos evitaron fracturas para no enfrentar un costo político antes de las elecciones legislativas del próximo año.
El líder demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries, calificó la medida como un “asalto a la atención médica” de millones de estadounidenses y enfatizó los perjuicios que los recortes causarán en distritos clave.
El senador republicano Thom Tillis anunció que no buscará la reelección tras manifestar su oposición al proyecto, señalando los riesgos políticos que implica. Las amenazas y presiones de Trump a los disidentes consolidaron finalmente la mayoría necesaria para la aprobación.