Caputo se impone sobre Sturzenegger y asume el control del INTA y el INTI

Luis Caputo avanzará esta semana con la centralización del INTA y el INTI, dos organismos autárquicos que hasta ahora conservaban autonomía administrativa. La medida, que implica un mayor control político y el manejo directo de sus presupuestos millonarios, marca un nuevo capítulo en la interna con Federico Sturzenegger, quien también los había incluido en su plan de reestructuración estatal.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se encuentran bajo la órbita del Ministerio de Economía, por lo que su intervención quedó en manos de Caputo. Si bien figuraban entre los 40 entes identificados por Sturzenegger para una eventual disolución o reconversión, la disputa entre ministerios frenó su avance hasta ahora.
Según se prevé, esta semana se publicarán decretos que recortarán las funciones administrativas del INTA y convertirán al INTI en una dirección dentro de la Secretaría de Industria y Comercio. Esto permitirá concentrar su “back office” (como liquidación de sueldos y compras) en estructuras centrales, lo que según fuentes oficiales busca eliminar duplicaciones burocráticas. Sin embargo, los gremios temen que esta reorganización derive en despidos masivos, ya que en julio vence una nueva tanda de contratos.
En Economía minimizan las tensiones y aseguran que no hay una disputa directa entre ministros, aunque admiten que existen fricciones entre equipos técnicos. Mientras tanto, la ministra de Desregulación ya avanzó con reestructuraciones en Cultura y Justicia, y tenía en la mira a las carteras de Economía, Salud y Transporte.
El caso más complejo es el del INTA, que cuenta con 6.400 empleados y 450 sedes. Caputo y su equipo han logrado introducir figuras propias en los últimos meses, como el nombramiento de Norberto Bronzovich al frente del organismo y una reestructuración avalada por la Mesa de Enlace. El próximo paso es modificar la composición del consejo directivo, que actualmente tiene mayoría público-privada. La intención es quitar una silla al sector agropecuario y aumentar la representación gubernamental, lo que le daría al Ejecutivo el poder de desempate.
Detrás de la maniobra está el control de un presupuesto significativo: $244.000 millones hasta fines de mayo, destinados en su mayoría a salarios. El INTA se financia mediante leyes específicas con ingresos derivados de derechos de importación (0,45%) y la tasa estadística (31%).
Por su parte, el INTI cuenta con 2.377 empleados y un presupuesto de $85.600 millones, de los cuales el 72% va a sueldos. El resto corresponde principalmente a transferencias al sector privado. Su presidente es Daniel Afione, exejecutivo de Toyota. A diferencia del INTA, el INTI depende más de aportes estatales y genera alrededor del 30% de sus ingresos mediante servicios técnicos.
Caputo, fortalecido por el dato de inflación más bajo en cinco años (1,5% en mayo), consolida así su influencia sobre estructuras claves del Estado, en una jugada que, además de implicancias técnicas, refuerza su peso político dentro del gabinete.